Blog de Producción.

Ryuujin Shinkou

Investigando y leyendo un poco sobre religión shintō, encontré algo llamado Ryūjin shinkō. Fue la base para empezar a trabajar esta imagen:

Wikipedia
“Ryūjin shinkō (竜神信仰, “fe en el dragón divino”) es una rama de la creencia shintō que rinde culto a los dragones como los kami del agua. El ryūjin shinkō está relacionado con los rituales agrícolas, las plegarias por la lluvia, y el éxito de los pescadores en su faena“.

Éste fue el diseño del dragón en un principio, después lo terminaría descartando, me pareció muy agresivo, sobre la marcha me di cuenta que necesitaba una criatura con una cabeza un poco más aerodinámica para nadar, o para sumergirse como un cormorán y cazar algún pez.


(Diseño de la criatura descartada)

Algunas referencias que usé, principalmente para las vestimentas tradicionales de los pescadores y algunas imágenes costeras de playas niponas.

Todo el proceso de la imagen, de principio a fin, está hecho en Photoshop.

Estos son los primeros thumbnails que fui sacando hasta llegar a una idea más definida de lo que quería ilustrar. Son casi garabatos, pero me es más práctico para visualizar las ideas.

Haciendo estos thumbnails se me disparan y generan ideas más concretas y visuales, y generalmente ahí surge la imagen para un boceto mucho más definido y gráfico, ya pensando en los planos de la imagen, tiempos de lectura, y composición de valores.

Me decidí por uno de los thumbnails, y le di un poco más de forma desarrollando una composición más compleja, empezando a delimitar zonas con valores de grises. Intento enfocarme en los valores y no pensar en el color todavía.

Empiezo a desarrollar la composición, dibujando las estructuras básicas, moviéndolas de lugar, probando cambiar la escala de los objetos,viendo qué elementos funcionan, cuáles no, cuáles sobran, cuáles faltan, cuáles están en tensión.

El 1 es un calco directo del thumbnail, ampliado. En 2 cambié de lugar la figura central, y fue cuando noté que el diseño del dragón no sólo no me convencía, sino que resultaba ser una mierda, así que lo modifiqué sobre la marcha:

En 3 y 4 alejé la cámara, y añadí un nuevo pescador en primer plano, consideré que la acción de los dragones necesitaba ocurrir en un segundo y tercer plano, lejos del espectador. Con ese último boceto, empecé a desarrollar la imagen final:

Suelo definir mucho las figuras en lápiz antes de empezar a pintar, porque soy muy inseguro, necesito saber que todo funciona antes de valorizar/pintar.

Hice una base de valores y agregué un layer arriba en modo color muy desaturado. Usé una paleta muy limitada de colores análogos fríos y algunos colores tierra muy neutros, casi grises. Quería transmitir un clima de tempestad, muy húmedo, un poco infértil. De esta forma, cualquier acento cálido que decida poner sobre la imagen determinaría los puntos focales de manera inequívoca.

Definí un poco más los planos, saturé los colores y añadí los cálidos dándole un ritmo de lectura a la imagen, haciendo más evidente el primero, segundo y tercer plano.

Empiezo a renderizar la ilustración, ya para llevarla a su etapa final. En el proceso, decidí cambiar la cara del pescador en primer plano por la de un hombre más joven, mirándonos y haciéndonos cómplices partícipes de la escena.

Me terminé arrepintiendo de esa decisión tan invasiva hacia el espectador, y volví al hombre mayor mirando al firmamento, pero lo modifiqué un poco. Tenía que ser un hombre curtido, lleva haciendo ese trabajo por años, es su vida. También cambié la posición del personaje en el segundo plano, las piernas estaban totalmente atrofiadas y no lucía natural.

La imagen la invertí horizontalmente. Funcionaba mucho mejor.


(Click en la imagen para ampliarla)

Para terminar de anclar el concepto, armé un texto ficcionado basado en lo que leí sobre esa rama del shintō:

“Con la aparición del viento divino en el firmamento concluye el desove de los Kōryū, y gracias a éste, llegan arrastrados a la costa los huevos infértiles que nos obsequian en recompensa por soportar el temporal”.

Urashima Tarō. Practicante del Ryūjin shinkō.

Ya hace mucho que hice esta imagen, y tenía escrito esto en un borrador sin publicar, ahora la puedo ver con otros ojos y me doy cuenta de todo lo que no me gusta.

Primero, la tendría que renderizar un poco más, pero es una tarea que me fastidia mucho. Segundo, el dragón y los pescadores del tercer plano podrían estar mejor hechos, quedaron medio pelotudos. La arena de la orilla también podría tener más volumen, quedó muy plana en relación con el resto de la imagen. A los dragones los podría ajustar mucho más…

Pese a todo, le tengo cierto cariño a esta ilustración. Era una idea que había anotado hace mucho tiempo, y me encanta poder despachar ilustraciones personales de esa lista, me da satisfacción y motivación para encarar proyectos por laburo que no me interesan en absoluto. Me pone contento haberla terminado y haber despachado este posteo que tenía guardado en un cofre olvidado. Fin.


Facundo Nehuén López
[email protected]

Previous

Astronauta Perdido.

Next

El Nuevo Mesías

  1. Sergio A Arroyo

    Que buena explicación de todo el proceso creativo Facu, esta buenísimo .

Deja un comentario

Powered by WordPress & Theme by Anders Norén